fin del mundo,
a esa horda de periodistas
desesperanzados
del año 2012
avisando que todo
podía acabarse.
Añoro ese presentimiento
de muerte
el oscuro y compartido
deseo de un final.
Y mi pecho cruje
golpeado por un furioso
corazón que le tiene
un especial cariño
a los conspiranoicos
los milenialistas
o los siempre confiables
voceros del apocalipsis nuclear.
Dónde están los astros
precipitándose,
dónde los aliens
dónde el exterminio masivo
y las mutaciones
por los alimentos transgénicos.
Siento afinidad por los suicidas
que decidieron por si mismos
antes de que con ellos
acabase el apocalipsis.
Siento empatía
por los sectarios
que en mitad
de un campo de lirios
rebanaron sus cuellos
mientras rezaban
nombres arcanos
para conseguir la venida
de algún dios a salvarnos.
Extraño fin
imparablebconciencia
de la peste definitiva,
niños que abandonan
sus estudios,
hombres que dejaron
sus trabajos
mujeres que dejaron
sus casas y trabajos,
hombres que dejaron
los burdeles
saliendo a la plaza
del fin de los siglos
en la fecha de fechas.
Final del quinto sol,
despedida de la voz
de las luciérnagas albinas
¡Tú, Fin errático del mundo
vuelve, exijo tu arresto !
Cuán bello imaginar
los albores precientíficos
cuán bella la conciencia
del fin inminente
qué tranquilidad daba pensar
que con el cierre de tus ojos
cerraba su ciclo la Historia.
Ahora sé
(como sabe la Humanidad)
la fecha:
5.000.000.000 años en el futuro
y veo la tragedia humana
como un repetir permanente,
nuestros crímenes
retumbarán en la Tierra
por toda la eternidad
y nuestro verdadero castigo
será no extinguirnos.
Incluso el último humano
en el último sueño
antes del juicio definitivo
antes de evaporarse
sufrirá pesadillas.
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