“¿Hay algo más delicioso que la sensación que despierta el aroma de las hojas quemadas? Para mí no hay nada que me traiga recuerdos más dulces de días pasados. Es el olor que el verano pasado desprende al cielo” (Everett Millais)
Hojas de otoño (1856) muestra a cuatro niñas al crepúsculo recogiendo y rastrillando hojas caídas en un jardín. Están haciendo una hoguera con la hojarasca amontonada, pero el fuego en sí aun es invisible, solo sale humo de entre las hojas. Las dos chicas de la izquierda, para las que posaron las cuñadas de Millais, Alice y Sophie Gray, están retratadas con ropa de clase media de la época; los dos de la derecha están vestidas con ropa más áspera y humilde, de clase trabajadora sirviendo como modelo probablemente niñas del barrio obrero cercano a la casa de los Millais en Perth.
La pintura se ha interpretado típicamente como una representación de la fugacidad de la juventud y la belleza, un tema común en el arte de Millais. El humo, las hojas muertas y el sol poniente así como los rostros sombríos de las muchachas parecen confirmarlo.
La manzana que sostiene la niña más joven a la derecha puede aludir a la pérdida de la inocencia infantil que implica la referencia al pecado original y la expulsión del Jardín del Edén.
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