No es cierto
que solo un hombre
pueda conducir
a toda a una nación
al genocidio.
La psicología de masas
se aplica cada día
sobre nosotros
sin que nadie se atreva
a alzar
siquiera la mirada.
Basta la cobardía moral
y basta
tan solo,
únicamente,
un solo hecho:
la absoluta indiferencia
de todos
los hombres y mujeres.
También
la
de
los buenos.
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