Tu cuerpo roto
cuando lo acaricia
el mar.
En las olas se mecen
los besos que no diste
y en el atardecer
callado
hay una ceremonia
de despedida.
Empieza a anochecer
en la playa
y al cerrar los ojos
brota la hierba
en la arena
que un día
rozó tus pies,
fresca y alegre
como el agua salada.
Te adentras
y el mar te llama,
pronuncias versos
que oscurecen
ese acantilado
donde sueñas
cuando la luna
fue pensamiento.
Apenas se ve
tu cuerpo
se pierde
en el agua leve,
lo mecen las olas
allí dentro,
donde deja de oirse
tu voz cansada.
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