Los escombros
ahogan gemidos
que se hacen lejanos,
se hacen débiles,
se deshacen.
Hay soldados
que disparan
pero todos sabemos
que no es una guerra.
En un gesto inútil
una madre aprieta
contra el pecho
a su hija
que ya no se mueve.
La niña solo
quería patinar
y murió con
los patines puestos,
no he parado
hasta conocer su nombre,
porque desde hoy
es sinónimo de horror:
Amsaa Hamid.
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