Las palabras abdican
en lo invisible
de las cosas.
De continuo las buscas
en la alucinación
o los desvelos.
Solo límites hallas,
solo el hilo
de tu voz extenuada
en la materia.
Siguiendo vas un eco:
un sonido feroz es
siempre la respuesta.
Y ese eco se trasforma
en una quimera,
en un cordel de niebla
que se evapora antes
de que podamos salir
del laberinto porque todo
se exilia al pronunciarlo.
2 comentarios:
Magnífico, ...aunque complejo, muy complejo. Tengo que ir desmenuzando el sentido de los versos.
Es que soy bastante lento. Lo sé.
No puedo tomarme más que como un halago el hecho de esas reflexiones que comentas. Así que gracias oor ello.
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