viernes, 5 de julio de 2024

POESÍA: LA FOSA


Estremecido veía

el reportaje por televisión, 

era una fosa abierta

en el interior de un bosque,

allí se encontraron restos

de un crimen horrendo 

pero aún no se sabía bien

cuanta gente 

había sido fusilada

y enterrada en ese lugar 

de forma anónima. 

Se me humedecieron

los ojos con aquellos huesos

y los que podrían ser

los familiares contemplando

el proceso en silencio

con la esperanza de encontrar 

a sus desaparecidos

para curar las llagas

de tanto dolor acumulado. 

Los especialistas trabajaban 

con esmero y diría

que desprendían 

respeto y amor hacia 

lo que habían encontrado. 

Y sentí que todos eran yo,

sentí que yo era todas

y cada una de las víctimas 

de una misma maldad

de un idéntico odio. 

Antiguos huesos, 

náufragos en tierra firme, 

asomaban igual 

que escombros olvidados.

Yo miraba y aprendía 

en su azogue de espejos

lo que se decía 

de aquellas historias,

como si fuese

un espectador ajeno

a todo lo encontrado

en aquél agujero símbolo

de un odio tan atroz.

Pero no era ajeno

en absoluto, 

porque sé que si hubiera

vivido en la época 

en que ocurrieron

los hechos, 

perfectamente yo podía 

haber sido uno

de los que arrojaron 

miserablemente allí dentro. 

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