Y quiero escribir cosas
como que hoy hizo
muchísimo calor
y aún no ha llegado agosto.
Que los cielos de ahora
siguen siendo los cielos
más hermosos
y que empiezo a amar
este rincón
en el que ahora vivo.
Que a veces me recorre
una tibia cosquilla
de querer perdurar,
pero siempre
las cosas de diario
acaban por teñir ese destello
con su propio
relumbre cotidiano.
Y quiero escribir agua
borboteando en el cazo,
papas en la sartén
o luces colgando
en la ventana.
Retener un instante
este momento
en que ya duermen
las cosas allá afuera
y todo se concentra
en este útero
cerrado del piso.
Escribir por ejemplo
que el día se termina,
que no pasa nada
y continuaremos mañana.
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