miércoles, 3 de julio de 2024

POESÍA: BREXIT



Tengo un conocido 

que vivió desde dentro

el proceso del Brexit

en el Reino Unido

y me cuenta las cosas

que se vio obligado

a hacer para protegerse

debido al clima de rechazo

que se fomentó

desde algunos sectores 

hacia todo lo europeo. 

Cosas tan increíbles

como hablar español 

a escondidas

o no responder al móvil

en el metro al ver «mamá»

escrito en la pantalla. 


Mi amigo de inmediato

pasó a formar parte 

de los exiliados,

los vendidos, 

los zombis invasores de la City

siempre fuera de lugar,

siempre extranjeros

aunque llevarán años

allí viviendo, 

habitantes de pisos

compartidos,

lectores de lavandería, 

años de universidad,

cursos de inglés

tirados al Támesis, 

go home enfermeros,

camareros, albañiles, 

el desarraigo es el único

puerto franco que no cesa. 


William Hill te espera

al otro lado, 

Dios salve a Harry y Megan, 

y al final volver fue solo

una variante de la huida.


Le pregunto a mi amigo

sobre lo que opina

sobre lo que les hacemos

también nosotros

a algunos extranjeros. 

Y me responde en silencio,

lo dice todo 

con una triste mirada. 


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