viernes, 5 de julio de 2024

PINTURA: SOROLLA


En "Niña en la playa" Joaquín Sorolla ignora la convención de utilizar el horizonte como dispositivo de encuadre, y en lugar de ello corta el oleaje con el borde superior de la composición. La chiquilla es capturada a medio paso, mirando fuera de la composición como si se distrajera brevemente, con el cabello y el vestido ondeando ligeramente detrás de ella por la brisa del verano. Su postura, la fuerte diagonal de la costa y la brisa casi palpable crean una poderosa sensación de movimiento. Más allá, un pescador está sentado lánguidamente en su bote remendando redes, el sol brilla intensamente en el agua, con el oleaje blanco brillando cuando las olas rompen y se acercan a la orilla. El conjunto es un ejemplo magistral de la capacidad de Sorolla para combinar su oficio como pintor y crear una sensación casi tangible de calor y luz, con un enfoque radicalmente moderno tanto del tema como de la composición que da vida a sus pinturas de manera tan vívida.

La obra fue realizada cuando Sorolla se encontraba en el apogeo de sus poderes y fama internacional. El artista había pasado cinco meses en 1909 en los Estados Unidos donde, a instancias de su millonario mecenas Archer Huntingdon, había expuesto por primera vez en la Sociedad Hispánica de América, vendiendo 195 de sus cuadros.

Sorolla había pasado gran parte del verano de 1908 preparándose para esta exposición, pintando unos 80 lienzos de tamaño mediano y grande en la playa de su Valencia natal. Estimulado por los elogios de la crítica que había recibido en Nueva York, se lanzó aún con más entusiasmo a su trabajo, con vistas a futuras exposiciones en América. 

La intensa relación de Sorolla con el mar y la costa eran intrínsecas a su personalidad artística; a su regreso de Italia en 1889 disfrutó de un período de trabajo especialmente fructífero mostrando la vida cotidiana y las tareas de quienes trabajaban en la costa. Sin embargo, el enfoque de la obra de Sorolla cambió a medida que el creciente tiempo libre de las clases medias vio una explosión de elegantes complejos turísticos y ciudades balnearios como Biarritz y San Sebastián, y la transformación de la playa de un lugar de trabajo a uno de placer.

2 comentarios:

Juan Rafael Lorenzo Pérez dijo...

Sorolla, uno de los grandes grandes. Su obra es inmensa y abre campos al color y a la luz. Trabajador incansable, además.
Otro genio, genio, genio...

Pacogor dijo...

Si puedes, te recomiendo que la próxima vez que vayas a Madrid, visites el museo que lleva su nombre. Está ubicado en su antigua casa familiar, una vivienda diseñada por él mismo, con unos jardines que son una maravilla... Y están sus obras ,claro. Allí podrás conocer también la enternecedora historia de amor que vivió con su mujer, que se convirtió en la modelo más pintada de la historia del arte.