domingo, 23 de junio de 2024

HISTORIAS MÍNIMAS: EL VESTIDO


Una mujer se quedó viuda cuando sus hijas tenían 4 y 8 años. Como era ama de casa y no tenía ahorros se tuvo que poner a trabajar. Con muchas dificultades logró montar un kiosko en el que, además de golosinas, vendía diarios y revistas.

La vida que comenzaron a vivir las tres después de aquella muerte fue así: por la mañana las hijas iban a la escuela, desde el mediodía hasta las 9 de la noche se quedaban en el negocio en el que almorzaban, merendaban y hacían la tarea. Por la noche, la mujer llegaba a su casa y, mientras preparaba la cena, les pedía a las hijas que se bañaran. Los fines de semana, la única excepción era que no había clase, pero el kiosco tenía que estar abierto. 

Con la ayuda de dos tías maternas, la disciplina en el trabajo y el miedo de las chicas a quedar huérfanas de madre, hecho que hacía que se portaran siempre bien, la madre les dio ropa, algunas vacaciones en la costa y dinero cuando se fueron a otras ciudades para hacer sus estudios universitarios. 

Poco después, la mujer murió. Y la hija mayor, repasando las cosas de la madre, se dio cuenta de que durante años en todas las fotos tenía el mismo vestido. Uno con lunares blancos sobre un fondo azul.

No hay comentarios: