jueves, 27 de junio de 2024

HISTORIAS MÍNIMAS: SER Y ESTAR


Desde hace varias semanas, no sé muy bien dónde estoy. Ignoro si esta especie de ausencia es un ocaso momentáneo, o una voluntariosa huida hacia los pedregales de ninguna parte. Así que ando aplicado, con los varios sentidos que tengo todavía, en la tarea de encontrarme. Por lo pronto he localizado esa voluntad que me despierta en medio de la noche recordando a media voz el inventario de asuntos pendientes.

Durante algunos años pensé que daba cuerpo a un sujeto centrípeto e indivisible, destinado a vivir en el monolito de mi identidad. Nunca imaginé que en la dispersión de las características que me conforman estaría mi propio yo. Habrá que darse prisa en la búsqueda, antes de que pueda incluso dejar de reconocerme a mi mismo. ¿Cómo podría estar, si desconozco dónde diablos se encuentra parte de mi propio ser? Está claro que hay una interacción directa entre estar y ser, el análisis de esa vinculación es la esencia misma de la filosofía. Pues ahí está la cuestión, como dijo aquél príncipe de... ¿Dinamarca? Sí, creo que el tal Hamlet era de por allí. 

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