viernes, 7 de junio de 2024

CUENTOS MÍNIMOS: PERDER LA CABEZA


Un sombrero entra en una oficina de objetos perdidos y pregunta por su cabeza.

- Aquí solo quedan pies impares, imperdibles y algún nomeolvides, contesta el encargado.

- Creo que me la dejé en el tranvía. Es curioso, no me di cuenta hasta que llegué a casa. ¡Sentía un vacío tan enorme en mi interior! Cogí la primera ráfaga de viento y me vine aquí.

- ¿Y si llama a la central de transportes?

- Ha perdido usted también la cabeza! Solo soy un sombrero, ¿cómo voy a hablar por teléfono?

- Ahora le oigo hablar alto y claro.

- No se confunda, solo es un recurso literario fantasioso del autor.

- Está bien, llamaré por usted. ¿Cómo es su cabeza?

- Pues no sé... Yo la describiría como redonda y pensativa.

- ¿Y cual es su nombre?

- ¿El de mi cabeza? Ni idea, al perderla perdí también la memoria.

- ¿Y no le quedó algún resto en el interior del forro?

- Sí, aquí hay algo... Es la última frase de autoayuda que se le ocurrió. 

- ¿Y cual fue?

- "Si aceptas lo que has perdido, ya has ganado algo".

- Pues aplíquese el cuento y no acapare tanto protagonismo.

- Lo que faltaba, que encima me llamen cuentista, menudo día llevo. 


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