No es fácil describir
este complicado proceso
de regeneración interior.
¿Qué se siente
cuando hay un tiempo
para recordar
donde el amor
hizo acto de presencia?
Pues al principio
se añora
lo que se sentía
cuando parecía
que era un sentimiento
indestructible,
luego, si descubres
el veneno que puede
llevar dentro,
es necesario
aprender a borrar
del corazón
lo que no vale la pena
guardar en la memoria.
Y, por último,
toca volver a la vida,
sanar la herida,
hacer lo posible
para que vuelva a salir el sol,
dejar atrás los rencores,
y sentirse más limpio
para absorver
el frescor de cada mañana
en todo lo que reste
por delante
para seguir ejerciendo
de ser humano.
Y rogar, en todo caso,
para que en ese proceso
áspero y duro
no se quede en el camino
lo mejor que haya en ti
como persona.
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