¡Aviso urgente!:
Yo, y mis puntos suspensivos,
te conminamos
a que abandones
este poema de inmediato.
Si sigues por este camino,
te puedes encontrar
con demasiadas cosas
que igual no son de tu gusto,
como por ejemplo
que hurgue en tus heridas.
O darte de bruces conque
me he cepillado los ojos
con los ojos
de un cepillo de dientes roto.
No dejes que te embauque.
Robo palabras a los muertos
y las muestro como originales.
Soy un cleptómano semántico.
Tergiversaré tu sueño,
te impediré dormir.
Todo porque
has seguido leyendo
a pesar de la advertencia.
Este poema
se apellida ripio
y se llama etcétera,
ni siquiera quiero que rime.
Hazme caso,
huye de aquí.
Busca un divertimento decente,
cásate, enviúdate, sé infiel,
alquila un divorcio o tres
o suicídate cada vez
que resucites al tercer día.
Haz algo de provecho,
acomódate en el último
libro del Planeta
que te regalaron
y que está por empezar.
Te he avisado, lector o lectora,
luego no se admiten
ni quejas ni devoluciones.
Puede que, incluso,
te lleves la contraria
y acabes leyendo enterito
un libro de poemas.
Si ocurre, no pienso entonar
un Mea Culpa,
tú también habrás puesto
mucho de tu parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario