jueves, 25 de abril de 2024

POESÍA: EL ADIÓS


Pongo a la luna

por testigo 

de la falta de luz. 

Y aún así, 

entre las ramas

del sueño

un pájaro ha empezado

a trinar,

sabe que no enturbia

el silencio, 

sino que lo acaricia

primorosamente

con su canto. 

Aunque fuese solo

para maravillarse

con esa manera

de dar los buenos días,

vale la pena madrugar.

No sabe mi amigo

que hoy lo escucho

por última vez, 

pues mañana ya no estaré

aquí para hacerlo

y le dejo este poema 

como despedida.

Llevaré conmigo

para siempre sus regalos

y espero que nunca

cese su canto,

el mundo lo necesita. 

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