miércoles, 20 de marzo de 2024

HISTORIAS MÍNIMAS: LA CONCIENCIA


Aparece una mancha escarlata en el techo de mi comedor. Indignado, voy al piso de arriba para comentarlo con mis vecinos. Toco en la puerta y me abre un hombre cubierto de polvo y lágrimas y me invita a pasar hablando nervioso en un idioma que no entiendo. Su vivienda está en ruinas, llena de escombros.

En el comedor hay un montón de cadáveres de mujeres y niños, me doy cuenta de que la mancha en mi techo es de su sangre. Me quedo paralizado durante unos instantes, pienso que lo que veo no puede estar ocurriendo pero ahí está, delante de mis ojos. ¿Qué puedo hacer? 

Vuelvo a mi casa y me pongo manos a la obra: limpio la mancha con lejía y le doy un par de manos de pintura blanca, cierro las persianas y las ventanas, me pongo tapones en los oídos, me meto en la cama y cierro los ojos. Hay que intentar dormir con la conciencia tranquila. 

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