Se sabe:
Buitres feroces
parpadean,
se instalan, mujer,
en tus mamas
que nutren.
¡Burbujean
yerbajos
hasta secar
tu cuerpo
entre las ruinas!
Sólo lágrimas
de madre desesperada.
Un pálido horizonte,
te alcanza.
Blanco es el duelo
en todo
el territorio de Gaza,
ya no quedan
sábanas de ese color.
Lo sabes:
También tú te irás,
más tarde
o más temprano.
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