lunes, 29 de enero de 2024

HISTORIAS MÍNIMAS: EL CHARCO


Mientras caminaba despacio, bajo el paraguas, recordó. De niña buscaba charcos para saltar sobre su transparencia. En la cara se dibujó una sonrisa. Siguió caminando y vislumbró un círculo de agua en medio de la calle. No dudó. Plegó el paraguas, lo dejó dormir unos minutos sobre la acera y ensayó un primer salto. Y otro y otro, antes de que le faltara el aliento… Entre las punzadas de humedad se sintió renacida. Recogió el paraguas y ya no lo abrió. En la tarea del regreso, pensaba en cómo justificaría ante el personal del geriátrico sus zapatos mojados. Daba igual si no hallaba una excusa. De niña, también creía en los finales felices.  

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