domingo, 24 de diciembre de 2023

REFLEXIÓN: LA METÁFORA


Si lo despojamos de todo sentido religioso, lo que celebramos en estas fechas es una hermosa metáfora del gran ciclo de la vida: El niño que nacerá en la cueva crecerá un poco más cada día hasta que la savia de los árboles llegue a la última punta de todas las ramas y los trigales comiencen a ondularse con la brisa de primavera. Pero ese dios está destinado a morir cada año, un rito que sucederá cuando al terminar la siega el calor del verano haga estallar las sandías en la mesa. Su muerte será muy lenta hasta convertirse en otra hoja amarilla que en otoño pisas con los zapatos. Morir para resucitar, esa es la promesa que nos ofrece la luz del solsticio de invierno, ese nuevo dios que ha vuelto a nacer esta Nochebuena. Morir moriremos todos, pero resucitar es cosa de cada uno según a cada uno le parezca.

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