miércoles, 10 de mayo de 2023

RELATO CORTO: EL ÚLTIMO VIAJE


Ulises se quedó definitivamente solo en la playa, coleccionando conchas, meditando en sus cosas. Ya no era el momento ni ocasión de construir un hogar, sentar la cabeza. Demasiados mares, islas, antros de mala muerte. Se lo advirtió su padre cuando dejó Ítaca con apenas veinte años, el petate bajo el hombro, una sed insaciable de no se sabía qué en las entrañas.

No fue falta de amor, tenía el de Penélope, el de su tierra, un escarpado islote salpicado de cabras y algunos olivares. Se trataba de algo más difuso e incierto que todo eso, la acuciante necesidad de hacer y deshacer entuertos propios y ajenos, la nostalgia del eterno navegante, aventurero mercenario, líder sagaz, hábil en artimañas, audaz en las lides del amor tanto como en la guerra, que al fin y al cabo resultaron ser la misma empresa.

Había llegado a viejo. Solo quedaba nadar a las primeras horas del día, sentir el sol en la calma chicha de la siesta, escuchar las cigarras a la sombra de un algarrobo, embriagarse en los atardeceres del vinoso ponto, habían resultado ser algunos de los parcos, fugaces instantes, de auténtica felicidad. No le quedaban fuerzas ni argumentos para volver a Ítaca, ni mucho menos a los brazos de Penélope. Ni siquiera sabía si seguían existiendo Ítaca y Penélope, quizá solo se habían perpetuado en su memoria.

Rolaba a Norte cuando Ulises se levantó con cuidado, las noches en la playa entumecen el alma sin muchacha a la vista ni odre de vino añejo. Desplegó velas, soltó la driza, se subió a la barca. Todavía quedaban islas, esquivas diosas, arduos escollos, elevados palacios, indómitos gigantes y algún que otro averno por conquistar. Quizás fuese esa la única manera de conseguir la inmortalidad, que se siguiese hablando de él después de muerto. Así inició su último viaje, esta vez tendría que hacerlo con la única compañía de sus pensamientos. 

3 comentarios:

Ceciely dijo...

Y cuando Ulises regresó a Ítaca, encontró a Penelope que todavía lo esperaba...
Cambio en algo el resto de vida que le quedaba?
Los pensamientos son los mejores y tormentosos jueces, de lo bueno o mala, de nuestras acciones.
Un gustazo leerte y comentar, aunque no acierte.

Pacogor dijo...

Claro que aciertas. Un escrito, ya sea en forma de poema o relato, toma nueva vida en la sensibilidad de la persona que lo lee. Pasa lo mismo con cualquier rama del arte, una cosa es la intención del artista al crear una obra, y otra la influencia que esta ejerce en quien la recibe. Por eso en cuanto la haces pública, en cierta manera deja de pertenecerte. Al menos así lo veo yo. En cuanto a Ulises y Penélope, la idea de que esta última se pasase años esperando la vuelta del héroe, a mi me solivianta.

Ceciely dijo...

Es verdad lo que dices sobre la interpretación de un escrito.
Sobre Penélope, también me indigna su actitud.