En la ducha
fui recortando
pedazos de pensamientos
me di cuenta
de que eran demasiados
y que no podía con todos
empecé poco a poco
a separarlos:
este sí
este no
este sí
este no.
Más tarde
con la rutina,
ya sabes,
lavar los platos
secar la ropa
vestirme para salir
y cerrar con llave
mi cuerpo empezó
a ser otro
caminaba distinto
no llevaba consigo
el peso del pasado
de la culpa
de todo eso
que no se pudo
o de lo que sí
pero más o menos.
La vida con tanto vapor
tiene rastros de humedad
pero al menos agradezco
todas las veces
que dediqué un tiempo
a limpiarme
más allá del cuerpo,
ojalá alguna vez
haya podido conseguirlo.
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