viernes, 12 de mayo de 2023

PINTURA:: GUSTAV KLIMT Y LOS GATOS


El amor de Gustav Klimt por los gatos era tan extraordinario, que se convirtió en una leyenda. Uno de sus retratos más hermosos muestra al pintor con uno en sus brazos. Una gran cantidad de gatos deambulaban libremente por sus dos estudios: el que tenía en el centro de la ciudad, que usó hasta 1911, otro en las afueras. Klimt sabía que los animales desordenaban, y a veces estropeaban, sus numerosos bocetos. Pero el caso es que no le importaba lo más mínimo.


Su gata preferida se llamaba Katze, le hacía compañía mientras trabajaba en su estudio y Klimt la dibujaba por entretenimiento y buscando inspiración. Ilustraciones, bocetos y anécdotas sobre las travesuras de Katze se recogen en un libro llamado Klimt and his Cat (Klimt y su Gata). Sus amigos se sorprendían al visitarlo y verlo trabajar mientras nueve o diez gatos jugaban a su alrededor, ronroneaban y le pedían caricias. Pero Klimt les aseguraba siempre que gracias a ellos y la felicidad que le daban, se creaba el ambiente idóneo para pintar mejor.



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