Padre e hijo lloran al despedir a la madre que partía hacia Argentina para buscar allí un futuro mejor para la familia. El 27 de noviembre de 1957, el fotógrafo Manuel Ferrol capturó esta instantánea en el puerto de A Coruña, retrato vivo del drama de la emigración.
Las cenizas de Manuel Ferrol se esparcieron en la Costa da Morte, donde había nacido en 1923. Dejó los estudios náuticos por el cine y la fotografía. El 27 de noviembre de 1957, Rolleiflex en mano, puso su mirada en el dolor de las despedidas de la emigración. Era un encargo del Instituto Español de Emigración para vender la moto de las reagrupaciones familiares. Al ver el reportaje, se asustaron y lo enterraron en cajones. Las fotos se acabaron publicando en Ruedo Ibérico sin saber quien era el autor, cuya firma no sería reestablecida hasta los años 80. No se engañen, las fotos son de hoy mismo. ‘”a muchos de estos pobres emigrantes, que salían por primera vez de su remota aldea, los timaban sin piedad: los tenían toda la noche dando vueltas por la ría de Vigo y los bajaban por la mañana en Cangas, diciéndoles que estaban en América’”contaba Ferrol.
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