domingo, 19 de marzo de 2023

PINTURA: LUIS MELÉNDEZ


Un compendio de motivos habituales de Luis Meléndez se suman en este Bodegón (1770) otorgándole un sentido de proximidad y verosimilitud de gran valor artístico y documental. Sobre el característico tablero, en el que se aprecian las vetas y nudos de la madera, entre ciruelas y brevas, se expresan con plenitud formal un pan y una jarra de boda, típicamente talaverana, blanca y con filete decorativo de amarillo ocre de antimonio, que ostenta un asa torsa de tipo salomónico, propia del siglo XVIII. El blanco del elegante recipiente popular supone una verdadera proeza de la capacidad descriptiva del artista al conseguir fielmente su textura y el juego de la luz sobre la superficie vidriada. Inmediatamente detrás se aprecian varios platos de loza decorada (de la serie llamada “de la adormidera o rosilla)”, un barrilete, para arrope o conservas, y un lebrillo o cuenco de Alcorcón, en cuyo interior se muestra un pescado. Con estos recursos la composición toma un aire distinto y rompe la posible rutina repetitiva de grupos de cacharros y comestibles vistos en otros lienzos, adquiriendo una significación diferente, sin dejar de provocar en el espectador la sensación del verismo, habitual en toda la producción del maestro. La concatenación de planos es muy acertada y logra con facilidad la sensación de espacio; igualmente la luz, en general, se expresa con gran virtuosismo, siendo notables los toques de pincel con riqueza de pasta que se aplican sobre las superficies, a fin de crear el relieve y destacar la calidad de la materia sobre la que incide la cuidada luminosidad que baña el conjunto; también se aprecian leves toques de claridad en algunos puntos secundarios que ayudan a siluetear las formas, procurando así conseguir su volumen con mayor justeza. Los contrastes cromáticos enriquecen aún más la composición, dotando al conjunto de una especial agilidad liberadora de posibles amazacotamientos.

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