viernes, 24 de febrero de 2023

REFLEXIÓN: UN HUESO CURADO


En una conferencia, un estudiante universitario preguntó a la antropóloga Margaret Mead, cuál consideraba que era el signo más antiguo de civilización en una cultura. 

Podría suponerse que el estudiante esperaba que Mead hablara de lanzas, ollas de arcilla o piedras de moler. Pero no, Mead respondió que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que había sido roto y luego curado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pata, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber o buscar comida. Eres una presa fácil para los depredadores y saqueadores. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso se cure.

Sin embargo, un fémur roto y curado es evidencia de que alguien se preocupó por quedarse con quién se lo rompió, apretó la herida, lo llevó a un lugar seguro y ayudó a recuperarse. Mead afirmó que el hecho de ayudar a alguien necesitado fue donde realmente comenzó la civilización de nuestra especie. Algo que, por cierto, suele olvidarse fácilmente por los que debido a su posición social o de poder, deben velar por el bienestar de los demás. 

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