La tormenta se aleja, dejando un rastro del drama; el perro, único superviviente del naufragio, aullando a la muerte, solo en la playa llamando a sus dueños ahogados. Mientras un nuevo amanecer colorea el cielo y el mar. Esta obra de Turner es una de mis favoritas. Se le hace un flaco favor al maestro cuando se le califica de paisajista. En realidad, es mucho más: Técnicamente, con el paso del tiempo su producción se va haciendo cada vez más abstracta, y juega constantemente con contrastados efectos lumínicos. La noche, el claro de luna la niebla y la luz son exultantes puntos románticos más exultantes y el reflejo del cielo en las aguas se convierte en una unidad que lo envuelve todo: los fuegos refulgen. El mar presenta tonos de óxido que la convierten en un elemento multicolor: la investigación sobre la luz en esta época era importante tanto a nivel artístico como en sus implicaciones morales, y físicas… Ni qué decir tiene que Turner es uno de mis pintores favoritos.
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