miércoles, 7 de diciembre de 2022

PINTURA: CAMILLE PISSARRO







El estilo de la primera época de Camille Pissarro era bastante tradicional, pero en el transcurso de una estancia en Londres (1870-1871) conoció la obra de Joseph Turner, y a su regreso a Francia participó en el movimiento impresionista. Su entusiasmo lo llevó a ser uno de los principales impulsores de la exposición celebrada en el estudio del fotógrafo Nadar en 1874, a raíz de la cual la nueva tendencia pictórica recibiría la denominación por la cual se la conocería. Atraído por la tierra, fue un pintor rústico. Del período llamado de Pontoise (entre 1872 y 1884, aproximadamente) datan algunas de sus mejores obras, inspiradas en Monet y Cézanne. Pero en  su última etapa, debido al avance de una enfermedad en la vista, se convierte en la mejor versión del “impresionismo urbano”.

Pissarro, fanático del pintar al aire libre (en plein air), ahora sólo puede pintar las vistas desde las ventanas donde se va instalando en la ciudad. Ya en los años finales (entre 1900 y 1903, año de su muerte), pinta un conjunto de más de 30 vistas del Sena y el Louvre, en distintas épocas del año y en diferentes momentos de día o bajo diferentes condiciones climáticas. Todas desde la misma ventana, en ese último estudio sobre la Place Dauphine, en la Île de la Cité, la isla del Sena donde está la Catedral de Notre Dame. Es la serie que podemos considerar como su legado final, desde el mismísimo corazón de París.

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