De un tiempo
a esta parte
andamos todos ateridos.
Desde el último
grito que se oyó,
nos venimos repitiendo
que no daremos
más vueltas
con los ojos vendados.
Que no nos taparemos
con nuestros
viejos abrigos.
Que nadaremos
hasta la orilla
de algún futuro.
De poco para acá
nos hemos ido
quedando en la puerta,
viendo como la tormenta
arrasa con todo
lo que nos era importante.
Y ha ocurrido
desde que estamos
mucho más solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario