Realmente son contadas
las palabras
que de verdad nos duelen,
y poquísimas
las que consiguen
alegrar el alma.
Son también muy pocas
las personas
que nos llegan al corazón,
y menos aún
las que lo hacen latir
durante algún tiempo.
En verdad son poquísimas
las cosas que importan
en la vida:
poder querer a alguien,
que nos quieran
y no ver como muere
la esperanza
en nuestros hijos.
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