sábado, 27 de noviembre de 2021
REFLEXIÓN: PESIMISMO
Veo las movidas que está montando la gente con lo de los encendidos de las luces de navidad y se confirma aquello que pensábamos sobre que las angustias sufridas a causa de la pandemia nos iban a cambiar. Efectivamente, se nota que somos diferentes: Bastante más idiotas de lo que ya éramos. Salvo honrosas excepciones, la gente ha decidido pasar página y comportarse como si todo hubiese quedado ya atrás. Los que murieron, los que han quedado con secuelas y los que han sufrido la pérdida de seres queridos no cuentan, lo importante es satisfacer las ansias de diversión de la mayoría. Nos escudamos en que ya estamos saturados de ese tema para recuperar una supuesta normalidad que siempre ha sido un horror: masificación, consumismo, egoísmo ciudadano, ruido y artificialidad. Entre los que se niegan a vacunarse y los que se escudan en la vacuna para dejar de lado los protocolos de protección para evitar los contagios, esto es un desmadre que va a conseguir hundir la economía y poner en peligro la recuperación del país. Ojalá me equivoque, pero soy muy pesimista al respecto de lo que nos puede caer encima por culpa de las navidades. Afortunadamente, con respecto a las vacunas, espero haber recibido la dosis de refuerzo en pocos días, y que por fin pueda vacunarse nuestra hija de siete años. Eso, y seguir poniendo en práctica las medidas de precaucion sanitarias, nos dará la tranquilidad necesaria para afrontar los retos que nos presente el nuevo año que tenemos a la vuelta de la esquina. Tranquilidad y vida hogareña en lugar de masificación de calles y lugares de esparcimiento, esa es nuestra receta.
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