Louise Catherine Breslau (1856 – 1927) fue una pintora alemana de ascendencia judía nacionalizada como suiza. Hija de un respetado ginecólogo y de una baronesa, Louise era la mayor de cuatro hermanas. La familia se trasladó cuando el padre obtuvo un puesto como profesor en la Universidad de Zúrich. A los diez años, en 1866, su padre murió repentinamente y Louise fue trasladada a un convento cerca del Lago Constanza para aliviar su asma crónica. Las horas de soledad debido a la enfermedad propiciaron su pasión por la lectura y el dibujo. En 1874 Louise se trasladó a París para estudiar arte en la Academia Julian, donde rápidamente destacó como artista. En su paso por la Academia Breslau estrechó amistad con otras mujeres pintoras, entre ellas la francesa Jenny Zillhardt (1857-1939), la suiza Sophie Schaeppi (1852- 1921) y la irlandesa Sarah H. Purser (1848-1943), que será su confidente a lo largo de toda su vida. En 1878 se mudará a una buhardilla compartida con Sophie y Sarah. En la Academia Julian Louise también conoció a su pareja durante 40 años, Madeleine Zillhardt (1863-1950). Tras la muerte de Louise, Madeleine sería su heredera universal y donaría 66 obras al Museo de Bellas Artes de Dijon para preservar su memoria. Madeleine también compró una barcaza abandonada para convertirla en un albergue para gente sin techo anclado en el Sena cuyo nombre era Louise Catherine.
Louise Catherine Breslau fue la única pintora de su generación que se atrevió a romper el tabú de la representación de la amistad femenina y la relación de pareja entre mujeres, representada mediante escenas de la vida cotidiana.
“El baño” (1898) es un retrato de Madeleine Zillhardt sorprendida en el baño. El gesto espontáneo de Madeleine, cuya mirada busca en el espejo el fuera de campo, desde donde la observa Louise, resulta un encuadre muy cinematográfico. El cuadro destaca por la representación del color blanco en todos sus matices cálidos y fríos. A lo lejos, la luz fría de la ventana se cuela en la calidez de la luz artificialdel baño. Destaca el juego de transparencias del camisón a contraluz de Madeleine, que le da un aire muy sugerente.
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