sábado, 25 de septiembre de 2021

LA ERUPCION DE LA PALMA Y LOS ANIMALES


La erupcion del volcán de La Palma nos ha hecho conocer día a día las terribles historias de la gente de la zona, que prácticamente lo han perdido todo. Una enorme marea de solidaridad se ha disparado en toda Canarias para ayudarles, ese es el verdadero tsunami que ha creado el volcán. Pero algunos nos preguntamos también por lo que está pasando con los animales que sus dueños no pudieron llevarse con ellos, debido a la rapidez que en las viviendas más cercanas a la erupcion tuvo que realizarse la evacuación. Algunos pudieron volver luego para rescatarlos. Hemos podido ver también en la tarea a bomberos, guardias civiles y voluntarios. Tanto el Cabildo, como los ayuntamientos de Los Llanos y El Paso, han rescatado más de un millar de ejemplares de las explotaciones agrícolas de la zona, ¿pero y las mascotas? A la tarea del rescate se dedican Ricardo Hernández y los voluntarios de su empresa SIACAN (Servicio Integral Animal de Canarias). Con su furgoneta cargada de transportines, recorren constantemente y sin perder ni un segundo porque las condiciones son cada día más peligrosas, las zonas afectadas en busca de animales perdidos. Algunas veces tienen las indicaciones de los dueños sobre dónde buscar, otras atienden las llamadas de los servicios de ayuda que encuentran algún ejemplar. El trabajo es frenético, las coladas avanzan y las cenizas y los gases también pueden afectar a los animales. 


Tras los rescates, son llevados a la base de Protección Civil y Ayuda en Emergencias Anaga, en El Paso. Allí, perros, gatos, conejos, cabras, ovejas, pájaros, loros, tortugas, gallinas y hasta hurones son cuidados hasta que se localiza a sus familiares. Si ello no ocurre, se intenta derivar el máximo posible a veterinarios, casas de acogida o albergues, ya que no disponen de espacio y recursos suficientes. Desde la erupción, han pasado más de un centenar de ejemplares. “Necesitamos, sobre todo, transportines y personas que quieran acogerlos temporalmente”, pide Ricardo.

Si hay una visita que les hace cambiar la cara a él y a las personas voluntarias es la de alguien preguntando por su mascota extraviada. Esos reencuentros son impagables.

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