miércoles, 14 de octubre de 2015

VALLE DE SOMBRAS






Cuando toca caminar
por un valle de sombras,
cuando pocas cosas
están claras,
y no sabemos distinguir
qué parte es la nuestra
y cual pertenece
al demonio que nos habita...
Nada alivia.
Ni las experiencias
que les han valido a otros,
ni despertar o dormir,
ni comer
o no probar bocado,
ni engañar
al paso inmisericorde
de las horas,
ni el sol,
ni la lluvia,
ni hablar
o quedarse mudo.
Porque cuando nada
puede salvarnos
de ese terrible lugar
donde la soledad nos atenaza,
de nada sirve buscar alivio.
Tan sólo queda
instalarnos en la causa
de esa inmensa tristeza
y repasar una y otra
vez el dolor
hasta que se nos pase
y pedirle a nuestro
aliado el tiempo
que realice su trabajo
lo más deprisa posible.





No hay comentarios: