El paisaje es más hermoso
de lo que podíamos
haber imaginado:
estas montañas que caen
estas montañas que caen
a pico sobre nosotros,
aquel sol radiante
aquel sol radiante
descendiendo sobre la laguna,
allá, a estribor, un arco iris
allá, a estribor, un arco iris
que refracta la niebla.
Pero tenemos una moneda
Pero tenemos una moneda
de hierro entre los dientes,
un óbolo que debemos morder
un óbolo que debemos morder
hasta el término del viaje
y que cierra la voz que desea
y que cierra la voz que desea
cantar esta boca es mía.
Cantar para las almas tristes
Cantar para las almas tristes
sentadas en el banco
mientras un ser más doliente
mientras un ser más doliente
que la misma tristeza
y conocido como Caronte
marca con el látigo el compás
y ordena remar sin interrupción,
cada vez más fuerte,
y ordena remar sin interrupción,
cada vez más fuerte,
más rápido y atropellado
para llevarnos lejos de la luz...
Hasta que despierto bañado
en el sudor frío y áspero
de una mañana de invierno.
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