Vivamos tal como somos:
una mujer y un hombre
que quieren ser libres
para elegir su opción
de ser felices.
Vivamos juntos, unidos
en lo que nos une
y desglosados en nuestra
propia forma de pensar y sentir.
Consigamos que el dolor
por el divorcio de las palomas
el frío en las manos de tanta gente
o el viento azotando las ramas
de los corazones del hombre
no impida ejercer
nuestro derecho a disfrutar
de la vida que construyamos.
Aunque los almendros
no florezcan del todo
hemos de ser capaces de sonreír
para que sigan floreciendo
entre las mariposas de tus ojos.
Mantengamos la esperanza
en que dentro de poco
viviremos otro presente
para que cuando nos demos la vuelta
no veamos más que dolor
fuera del dormitorio
y que los árboles de la plaza,
el mar, los edificios
y las cafeterías del pueblo
donde solemos tomarnos
nuestros cortados... Todo eso
esté preparado para convertirse
en algo más feliz que ofrecer a la gente.
Tenemos suficiente edad aún
para envejecer juntos,
ir a paso lento a ver una película,
ver el epílogo de la nueva guerra
y asistir a la ceremonia de paz
que les ponga fin a todas.
Claro que nos preguntamos
si este camino no es más que polvo
en forma de sentido
pero yo sé que allí donde estés
mi cielo es verdadero
y con algo tan hermoso me basta.
Seamos un poeta que le escribe
a su amante enamorada
y encontraremos nuestro mañana
donde las mariposas vuelan sueños.
Aquí estamos bien,
el viento del sur es nuestro viento
e inflamados de rojo son los atardeceres
paseamos, nos amamos,
sacamos adelante una hermosa bebé
y confiamos cada uno en el otro,
no conozco vida mejor que esa.
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