Afuera la indignidad
vierte veneno
la flor esconde
su jardín entre los pétalos
la tarde se da prisa
la flor esconde
su jardín entre los pétalos
la tarde se da prisa
por esconder
los ámbitos entre jornadas.
Pero adentro
el techo precipita una caricia,
la mujer asume su sonrisa
el vientre purifica
los ámbitos entre jornadas.
Pero adentro
el techo precipita una caricia,
la mujer asume su sonrisa
el vientre purifica
la humedad del deseo
que el hombre fragua.
Los pechos laten
Los pechos laten
se desdoblan respirando l
o que saben y presienten
se pregunta y se responde
un mismo gesto
que no palpita,
que no palpita,
sino arde a golpe y trueno.
Adentro es distinto
las caricias tienen alas,
y el aliento se dispara
Adentro es distinto
las caricias tienen alas,
y el aliento se dispara
entre los besos.
Una mano le habla
Una mano le habla
a la piel que la recibe
otra le desata
otra le desata
las cadenas del día a día.
Un ser humano susurra
y otro escucha
y otro escucha
con los ojos entornados
o distorsiona
una plegaria de placeres
una plegaria de placeres
en la luna.
Y hay silencios cómplices
mientras se rompe
Y hay silencios cómplices
mientras se rompe
la asaz rutina
los dolores se marchan
los dolores se marchan
diluidos en verdades
y el cuerpo viste
y el cuerpo viste
como nunca un traje
bordado en placeres.
Y mientras afuera,
Y mientras afuera,
sigue un mundo
tan friable,
tan voluble, tan distante
que nos persigue con malicia
o apunta fuerte
tan voluble, tan distante
que nos persigue con malicia
o apunta fuerte
a esa herida que no sana,
y trepa alto los cobijos
y trepa alto los cobijos
que aún sangran…
Muy adentro vibra algo,
Muy adentro vibra algo,
tan ardientemente
vivo
tan patente y
deseado
que jamás podrá
ser
objeto de
derrota
ni carne de cañón
para un concepto
de moral
que condena el
gozo
y donde lo
limpio es ultrajado.
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