domingo, 2 de junio de 2013

OJOS


Si mi alma buscaba un sitio
donde guarecerse
era en el fondo de unos ojos,
faros que destilaran amor
y causantes de mi gozo.

Si algo así aconteciera,
este hombre mismo
no podría ser ya
el que los demás conocen,
sin el alimento
que le otorgaría su mirada.

La vida, el mar, el cielo,
serían una vaga sensación,
hasta que esos ojos
reunieran un día
el conjunto de lo vivo
para acercarlo a mi rostro.

Y resulta que ocurrió,
la eternidad quedó justificada
en aquél momento
en que lo más vivo de la vida
se hizo pozo de asombros
bajo el tapiz de unos ojos

que me buscaron enamorados.


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