Tan robusta
puede llegar a ser
mi poesía
que podrá cargar
durante mucho tiempo
con el fardo
que va con ella
atiborrándola de léxico
y le sobran fuerzas
para pisar la malignidad
si se cruza
en su camino.
Disfruta
como una niña
cuando visitamos
ese paraíso
donde las palabras
florecen belleza
y los sentimientos
sientan cátedra
de vida.
Pero si es preciso
se vuelve arisca
y con aliento
de guerrera inabarcable
y provocadora
se hunde por mí
hasta las rodillas
en el fango
de lo cruel e injusto,
en el barro
del mundo creado
para que la mayoría
se vea abocada
a sufrirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario