domingo, 17 de marzo de 2013

SEMBLANZA


A  lo largo de los siglos
han quedado sepultados
en la tierra que los vio vivir
demasiados cuerpos de hombres
cuya muerte era innecesaria...
Es una dinámica que no cambia
pues en el podrido corazón
de muchos que se consideran
seres humanos arde todavía
la llama cegadora del odio
estúpidamente despierto.
No aprenderemos nunca
aunque aparentemente
las realidades cambien
y haya quien se de la mano:
Siempre habrá un pretexto
para iniciar una guerra,
alguna supuesta infamia
a reparar con las armas
o determinada reivindicación
racial, territorial o religiosa
que hay que imponer o glorificar,
la irracionalidad suele vestirse
con muy diversos ropajes.
Y por ende está la existencia
de los que se enriquecen
con el negocio de la muerte,
que invariablemente obtienen
réditos de su perversidad.
El devenir de nuestra historia
por desgracia no cambia
con el paso de los siglos:
más allá de la amargura
y el dolor de los inocentes,
la sangre sigue manando
como un hecho consustancial
a nuestra semblanza
pasada, presente o futura.


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