Las estrellas se están desvaneciendo
sabemos que en realidad ya no existen
y el paso del tiempo está apagando
luz que alumbraba nuestro camino.
Algunos mantienen la esperanza
en devolverles de alguna forma la vida
esperando recobrar aquellos valores
que reflejaron lo mejor del ser humano,
pero ahora mismo nos encontramos
con las manos absolutamente vacías.
Sólo nos quedan ojos ensimismados,
silencios cómplices, labios desencantados,
restos de corazones que se pudren
y manos marchitas que ya no se alzan
intentando encontrar un sentido
a la vida, al mundo, a lo que nos pasa.
A veces nos preguntamos por el futuro
pero la respuesta está en una tumba
donde yacen las oportunidades perdidas
y sepultadas en el devenir del tiempo.
Puede que mañana la vida germine
y podamos sentir en nuestras almas
la palpitación del sueño que se despierta,
pero es muy difícil en estas condiciones
revivir lo que pudimos ser y no quisimos.
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