Los molinos de viento del ahora
son
gigantes y poderosos,
les define su intrínseca maldad
y el actuar en beneficio
propio y de los
poderosos...
Por eso los caballeros de
hoy
han de estar con los
abatidos,
están obligados a
comprender
que la infortunada verdad
sigue
consistiendo en la causa
absolutamente necesaria
de
luchar contra esa maldad.
Siempre ha sido así,
pero en estos tiempos infaustos,
ante el dolor de una injusticia
que comporta hambre,
soledad, enfermedad y muerte,
nuestra bandera ha de ser
ética y moralmente subversiva.
Y nuestra conducta también...
El sufrimiento de causa social
debe ser nuestro sufrimiento
y esa idea ha de penetrar
hasta el lugar más recóndito
de la conciencia humana,
pues la vida que no obre
de esa manera es una traición.
A Antonio Gamoneda, Maestro de Poetas.
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