martes, 18 de diciembre de 2012

REVIVIENDO



Nos estaban convirtiendo
en un mundo de cenizas,
se ha condenado a la hoguera
todo rasgo de esperanza.
La vida de la gente común
arde en lágrimas de fuego
y las cuencas de los ojos
se estaban quedando vacías
de ilusiones y confianza.
Borroso, un sueño sensato
mece a la gente que llora,
algo danza en el aire
despertando del letargo.
Se arrumba, casi sin quererlo,
la armadura del cambio
tras aquél estático esperar
de inconexos desapegos.
Absurda y triste
se estaba convirtiendo
la realidad del día a día
pero un viento de dignidad
que no ha sido vencida
agita molinos suspendidos
en la tormenta del tiempo
mientras, las sombras
de un suspiro colectivo
invade trozos de existencia.
Quizás mañana
decidamos por fin dirigirnos
hacia ese horizonte lejano
donde sólo se permita
una última noche de insomnio
para resurgir después
de los escombros donde estamos.


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