miércoles, 10 de octubre de 2012

LA LLAMA DE UNA VELA



Si el tiempo de la ética sólo sabe
reconocerse en la única dirección
donde se conduce a la manada,
si la memoria colectiva se manipula
para reinventar la historia,
si el porvenir es un camposanto
de sueños incumplidos,
si los ecos de voces y remedios
que nos llegan a borbotones
nos acusan de ser distintos,
si lo somos aunque lo ignoremos,
o si lo sabemos y ese conocimiento
nos aporta un plus de angustia…
Hay que buscar la luz de una vela
que ilumine nuestro propio camino,
sentir la gota de fuego que no cesa
para que desde su llama moral
broten con fuerza las referencias,
y sea el único lugar donde nada
podrá ser jamás una mentira.
El resto del mundo seguirá fuera
con sus sombras cargadas
de razones que rechazamos,
pero la humilde llama de una vela
puede ser la matriz donde avivar
conciencia, ilusiones y esperanzas  
siempre que lo necesitemos.

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