domingo, 23 de septiembre de 2012

CREYENTE



Resulta que después de todo
alguien podría definirme
como un creyente,
pues realmente creo
en los sueños e ideales
que a simple vista
de los burócratas y sus voceros
pudieran resultar imposibles
o un desafío a lo inverosímil,
siempre desde la mísera
perspectiva de un presente
donde sólo importa la economía
al servicio de los que más tienen.
La velocidad que alcanzarán
los cambios sociales
en el más próximo futuro
supondrá una transformación
de tal magnitud sobre lo que hoy
son meras hipótesis,
que solo nos queda aceptar
la inteligencia del porvenir
como velocidad crítica
de los deseos pasados.
Pero aún siendo importante,
lo fundamental ha de estar
en la responsabilidad ética
ante los que nos rodean,
el hacerse cargo del desvalido
y honrar con nuestra actitud
la memoria moral de las víctimas...
Por eso mismo entiendo la poesía
como una de las formas
de la justicia que aún se encuentra
pendiente de ser ejercida.
Por ello intento que lo escrito
sea un ejercicio de imaginación
y desobediencia a los lenguajes
normalizados del poder...
A los permanentes desafíos
de los sueños colectivos
le añado sentimientos íntimos
pues se trata de que la belleza
y la verdad permanezcan
inalterablemente enfrentadas
a la vil servidumbre
de la sociedad de mercado,
o lo que viene a ser lo mismo,
al feo asco de su mentira.


No hay comentarios: