lo poco que soy
se disolviera
en el universo
del olvido,
querría despedirme
con una sonrisa
y que me recordasen
con alegría.
La única razón válida
para el lamento
sería el no haber
contribuido
con mi compromiso
a la expectativa
de construir
un cosmos más justo
y en equivalencia
de condiciones
para todos
los que lo habitan.
Por lo demás,
antes de partir
sería un gran honor
donar mi corazón
por si hubiese alguien
con el suyo roto
y lo necesitase.
También podrían
trasplantarlo
a alguno de los que
por desgracia para él
y los que lo sufren,
carece de sentimientos
hasta el punto
de sembrar la desolación
por dondequiera
que pase.
No se vayan a creer:
No es que mi corazón
sea gran cosa,
pero al menos alguien
podría sacarle
algún partido a mi partida.
2 comentarios:
Como siempre, PRECIOSO!
La belleza, en los ojos de quien lee...
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