Quizás no podamos
entenderlo nunca,
ni acaso rectificar
los errores cometidos
y el futuro habrá
de soportar por vida
la carga del sacrificio
depositada en el planeta.
Aunque hayan conciencias
que se despiertan,
aunque hayan voces
que lo avisen y lo griten,
es muy probable
ya sea tarde
por la enormidad
del crimen cometido.
Las consecuencias perdurarán
en las raíces mismas
de una tierra doliente
un aire que se asfixia
y unas aguas que se ahogan.
Y abandonada a su suerte
en la inmensidad del cosmos
la vida vestida de luto
se preguntará cómo es posible
que algo así haya pasado.
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