donde se reproducen
los fantasmas,
será que conmigo
están a gusto
y opinan que no soy
un anfitrión tan vergonzoso.
Se han convertido
en el espejo moral
que refleja mi pensamiento,
y ya forma parte del razonar
la reflexión serena
con tan espectrales ocupas.
Soledad para aprender
que por muy dolorosos
e incluso injustos
que sean los hechos de fuera,
no podemos doblegarnos
a los demonios de dentro,
aunque las sombras
que nos habiten
trabajen a conciencia
e intenten condicionarnos.
Y porque el anhelo
de comunicar algo
se hace imprescindible,
mis inquilinos me recuerdan
que la verdad
ha de convertirse apenas
en una mancha
de tinta en el papel:
Por eso hay que tener cuidado
con lo que se escribe
sobre ella
y tener claro
que tras tal naturaleza,
lo fundamental de la existencia
acaba por convertirse
el paralelismo de lo relativo.
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