aparezca una nueva cicatriz,
pero eso poco importa
ya que la historia del mundo
es una sucesión de cicatrices
donde se reflejan como latigazos
las injusticias acumuladas,
los sueños abatidos
o los recuerdos de un cuerpo
donde esa cicatriz no estaba.
Son las heridas
de guerras perdidas,
es una incisión implacable
de los relojes,
una marca cuya especialidad
es dejarnos a la intemperie.
Y con nuestras cicatrices
en la piel del alma
habremos de continuar
en las trincheras de la vida,
porque sin ellas
no habríamos vivido
y no asumirlas sería
como estar muerto.
1 comentario:
Gran verdad...
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