convocando tormentas,
silencios aplacados con silencios,
los abrazos actuando
de salvavidas:
Ella entrega sus cantos,
él sus cantares...
Son náufraga y náufrago:
ella de esperar,
él de contemplar
sus propios espejos.
Algo pasa en altamar:
se dejan llevar por la ventisca
en una frágil barca
donde viaja su esperanza.
Son náufrago y náufraga,
la corriente viva los arrastra
los despoja de olvidos
y se abordan
en el rugir de la ventisca.
Agua y viento,
algo sucede en la borrasca
que los hace mirarse.
Y no se devolverán,
no regresarán al destino
que pensaban en la orilla,
pues la isla del futuro les espera
más allá de cualquier naufragio.
2 comentarios:
Paco... me has emocionado. PRECIOSO...Este me lo guardo en mi corazón, aunque ya sé que no puedo apropiarmelo.
Un poema publicado, pasa a ser de todos y cada uno de los que lo leen... Si lo quieren para si.
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